Dormir bien, recordar mejor

Las personas pasamos aproximadamente una tercera parte de nuestras vidas durmiendo, y otros animales incluso más. Pero todavía no comprendemos completamente por qué necesitamos hacerlo. De hecho, ¿quién no se ha dicho alguna vez: ‘bueno, si duermo tres horas, mañana estaré perfecto/a para el examen’?

Se han propuesto diversas respuestas potenciales relacionadas con el sistema inmunológico, los sistemas hormonales, los mecanismos de regulación de la temperatura corporal y los procesos metabólicos básicos —ya habíamos visto que tenemos una lavadora en el cerebro—: el sueño es esencial para todas estas funciones corporales. Pero ¿qué papel tiene el sueño en las funciones cognitivas, es decir, en nuestras capacidades intelectuales?

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